Paré de sufrir y conseguí dormir
(Perú 21) Paré de sufrir y conseguí dormir
Semana Santa y mi espíritu (más pecador que devoto) exigieron que a punta de recogimiento y reflexión eliminara de mi conciencia alguna rebelde cochinadita. ¿Dónde encontraría el detergente correcto para el alma que sin el poder de la lavaza o los micropuntitos ayudara en mi sagrada misión?
A un pelo de caer en las garras de Belcebú e incapaz de conciliar el sueño, prendí mi televisor y, como un milagro, encontré en Canal 5 el detergente que buscaba: PARE DE SUFRIR. De madrugada, un señor con el mismo acento brasilero que usaría JB imitando a Autuori ofrecía a los torturados de espíritu la solución a sus padecimientos. Casi reviento de espanto cuando el pastor Santos sentenció al dolor de cabeza y al insomnio como síntomas de posesión demoniaca, o sea, yo en medio de un insomnio recibí la noticia de que estaba poseído.
En pánico seguí sus indicaciones: debía asistir a las ceremonias que ofician expertos como él en la fumigación de demonios, tenía que recibir un frasquito en forma de cruz que contenía lo que llaman 'El Perfume de María' (podía ser María Antonieta de las Nieves, porque no especificó a qué María pertenecía).
Seguí atento el programa, el pastor habló hasta que, bendito sea Dios, caí en el más placentero de los sueños. Del insomnio quedé curado, pero mi espíritu, Santos pastorcito, por más que compre tu frasquito, estoy seguro que cochino seguirá igualito.